El Ferrrocarril
Siempre que paso por la antigua estación del ferrocarril de Pachuca, siento que el tiempo se detiene. Decidí entrar un día y recorrerla con calma. Las paredes, las ventanas altas y la techumbre metálica guardan un eco de locomotoras que hace décadas dejaron de rugir. Investigando en libros y hemerotecas, encontré que la estación fue inaugurada en 1888, conectando a Pachuca con un México que empezaba a industrializarse. Por aquí llegaron no solo mercancías y minerales, sino también ideas, modas y personajes que marcaron la historia local. Hubo días de fiesta con la llegada de visitantes distinguidos, y también jornadas duras para los obreros que cargaban y descargaban vagones. Hablé con un historiador ferroviario que me contó cómo el ferrocarril cambió la vida de la ciudad: permitió exportar plata y traer maquinaria pesada para las minas. Hoy la estación ya no recibe trenes, pero sí guarda la memoria de un Pachuca en movimiento, pujante y conectado con el mundo.
GPM
8/13/20251 min lesen


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